La procesionaria de pino es originaria del sur de Europa. Sus orugas tienen pelos urticantes que provocan en los animales y en los humanos alergias, y generan un riesgo para la salud, provocando irritación de la piel, sarpullidos, irritación de ojos y problemas respiratorios, entre otros.

NOTA: Se llama procesionaria porque suelen bajar «en procesión» a enterrarse en la tierra. 

Suele detectarse a principio del invierno, cuando forman sus bolsas en las copas de los pinos. También en primavera, cuando se encuentra en la última etapa de su desarrollo.

En otoño y primavera es la mejor época para aplicar el tratamiento contra la procesionaria, pero sería bueno que se realizara durante todo el año.

Muchos son los sectores que pueden verse afectados por las plagas de procesionarias del pino, como establecimientos o viviendas que se encuentren cerca de bosques de pinos. Entre ellas destacan los colegios, parques públicos, piscinas descubiertas, instalaciones de deporte al aire libre, cementerios…